Fidel Molina lidera la asociación SOS Hostelería. La entidad fue clave en la época de la pandemia solicitando mejores condiciones de apertura para los bares. Ahora muestran una gran preocupación por el presente del juego en hostelería. «La caída de recaudación afecta no solo a los establecimientos de nuevo cuño sino también a la administración, que sufre una caída de ingresos debido a una normativa que no beneficia a nadie. Esperamos que la interlocución con la nueva administración permita encontrar una solución que evite la caída de ingresos de la Generalitat y ayude a los nuevos establecimientos a trabajar en condiciones de igualdad a los bares de toda la vida», destaca Molina.
Molina percibe que el sector recreativo es una actividad en retroceso «debido a un exceso de regulación mientras se dispara el consumo de otros juegos, mucho más adictivos como los rascas de la ONCE y que encima no tienen control alguno. La asociación de trabajadores de salones denunció ante la anterior Generalitat la venta a menores de rascas de la ONCE con fotografías incluidas y ni respondieron».
Desde SOS Hostelería no quieren trasladar «grandes demandas» a la nueva reguladora. «Solo ser escuchados y tenidos en cuenta como un interlocutor más ya es para nosotros un avance».
Molina cree que las mejoras fiscales hay que tenerlas en cuenta pero más importante que la tributación es «una regulación estable y previsible».
Respecto a la competencia desleal de ONCE y SELAE desde SOS Hostelería lo viven con resignación, «porque SELAE es el propio Gobierno y juega con las cartas marcadas a su favor. Puede publicitarse, se blanquea y la ONCE va de la mano del Gobierno. Parece como si hubiera un intento de crear un duopolio que deje fuera al sector privado».